Fidel cumple 88 años y Cuba continúa deseando su presencia por muchos años más...
La fiesta de los cubanos se multiplica
porque nuestro líder revolucionario Fidel está de cumpleaños.
“Mira, mamá, es
Fidel”. Dice Carmen, mientras apunta al
afiche que cuelga con imanes a un costado del refrigerador. Ella no
levanta una cuarta del piso pero conoce a
Fidel; lo
tutea como a un abuelo más. Y entonces me recuerdo haciendo lo mismo
allá en Santa Clara, cuando entraba a la cocina de la casa y allí estaba
también su foto. Y quizás lo hizo mi madre por allá por los sesenta
cuando aprendió que gracias a Fidel, su madre, nuestra abuela, había
aprendido a escribir.
Cierto es que estos pasajes familiares pueden parecer raros para
algunos, quizás hasta una exageración de quien escribe. Pero, a los que
nacieron de este lado del Sol, les suena cotidiano el hecho porque ese
hombre que parecía inmenso con aquella barba, en botas siempre, aquel
hombre tierno en manos de los niños, pero temerario frente al peligro,
se coló en la vida cotidiana de la mayoría de los cubanos desde aquellos
tiempos en que “culpó” al Apóstol por la “herejía” del Moncada. Más de
60 años después, como diría mi vecina, Fidel “es uno más en mi libreta”.
Y así, llevamos décadas “conviviendo” con él, en sus maratónicos
discursos; en sus recorridos por el país, dicen que estuvo hasta “donde
el jején puso el huevo”; en su buena manía de andar resolviéndole el
problema a la gente; en sus presentaciones legendarias en cualquier
escenario del mundo; en sus soluciones para todo, aún lo recuerdo en
aquel Congreso de la FMC enseñando cómo funcionaban las ollas arroceras
que luego inundarían las cocinas cubanas; en su preguntadera a Rubiera,
el meteorólogo, cuando aparecía con el nuevo ciclón de la temporada; en
su desparpajo con Chávez mientras ideaban una América diferente; en los
avatares de su salud, como aquella vez que tropezó en la Plaza del Che
en Santa Clara y medio barrio se puso a gritar; y finalmente en sus
escritos, en las fotos de sus encuentros con tantas personas que recibe,
en donde uno escudriña hasta el más mínimo detalle para decirnos luego
con alivio que “ha envejecido, pero está lúcido y bien”.
Pues aquel niño de Birán estará cumpliendo 88 años este 13 de agosto. Y
aunque es sabido su rechazo a los homenajes, pocos podrán pasar por
alto este miércoles a quien se enroló de líder en la avalancha de luz
que puso a salvo a este archipiélago. Cuentan que a las dos en punto de
la madrugada del aquel mismo día de 1926, nació
Fidel Alejandro Castro Ruz quien, como lo narró Katiuska Blanco en
Todo el tiempo de los cedros,
“era un niño vigoroso de doce libras de peso, que ensanchó sus pulmones
a la primera bocanada de aire de los pinares y se dispuso a sus días
con la misma vehemencia de vida, pasión de hacer y exuberancia natural
que lo rodearon cuando los haitianitos del batey se apresuraron en la
maleza por hojas de yagruma y verbena con que enjuagarlo a esas horas,
para la tersura de la piel y los buenos augurios”.
Como desde aquella madrugada los buenos augurios lo han acompañado
siempre, este décimo tercer día de agosto le deseamos muchos años más de
vida. Queremos seguir en su compañía, queremos que siga allí en alerta,
queremos seguir siendo diferentes porque lo tenemos a él y que fuera de
nuestra tierra nos sigan preguntando: “¿tú eres de la Cuba de Fidel?”.
Por eso, que llegue más allá de los 120, pues si los entendidos dicen
que el ser humano puede vivir potencialmente 120 años, ¿qué no puede
lograr él?
Por lo pronto, Carmen lo sigue identificado cuando lo ve en una foto o
en el televisor a cada rato. Ella quizás continúe la tradición familiar
de “los abrazos de Fidel”, esa que inauguró mi abuela cuando enseñaba a
mi hermano a abrazar como lo hacía él: “fuerte y con palmaditas en la
espalda”. Así lo seguimos viviendo del lado de acá del mar, donde la
fiesta se multiplica porque el Comandante está de cumple: 88 y seguimos
contando…
Fidel Castro:
(13 de agosto de 1926, Holguín, Cuba) Líder histórico de la Revolución
Cubana. Dirigió personalmete el Asalto al Cuartel Moncada y el proceso
revolucionario que comenzó con el desembarco del Granma y aún hoy
continúa. A lo largo de los años de ésta ha impulsado y dirigido la
lucha del pueblo cubano por la consolidación del proceso
revolucionario, su avance hacia el Socialismo, la unidad de las fuerzas
revolucionarias y de todo el pueblo, las transformaciones económicas y
sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte,
la cultura y la ciencia, así como el enfrentamiento de las agresiones
externas y la conducción de una activa política exterior de principios.
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