texto de Tomás Toledo Batar | fotos: AIN/ACN
Este 13 de agosto, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, festeja sus 89 años. Sentirnos junto a él, soldados en pleno combate de razones y de pensamiento, es la manera más útil de celebrar su cumpleaños.
Repasemos algunas imágenes de este gigante de la historia.
Fidel hubiera llegado a ser un renombrado atleta, de haber continuado cuando joven su exitoso desempeño deportivo.
Este 13 de agosto, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, festeja sus 89 años. Sentirnos junto a él, soldados en pleno combate de razones y de pensamiento, es la manera más útil de celebrar su cumpleaños.
Repasemos algunas imágenes de este gigante de la historia.
Fidel hubiera llegado a ser un renombrado atleta, de haber continuado cuando joven su exitoso desempeño deportivo.
Como abogado le esperaba un futuro promisorio en
cualquier bufete de la capital, si se hubiera hecho cargo de los
intereses de los terratenientes y compañías extranjeras.
Y de político, en la llamada "democracia representativa", no hay dudas de que habría hecho carrera.
Mas el deportista, incipiente poeta, hombre de leyes, llevaba en si una vocacion superior, a la que ha consagrado su vida.
Nació para revolucionario. La
Universidad de la Habana sería su primera trinchera, el lugar donde
encontró el verdadero sentido de su vida cuando comenzaba su lucha
contra los males que aquejaban al centro, reflejo de la podredumbre
moral que predominaba en las esferas gobernantes del país.
Vencidos los estudios universitarios, ya concibe
la necesidad de una Revolución. Ante la tumba del líder Eduardo Chibás
asevera: "Si Batista entró en Palacio con las armas, con las armas hay
que sacarlo". A duras penas, reunió las escopetas necesarias para echar a
andar el "motor pequeno" del asalto al Cuartel Moncada, con el cual
accionaría el "motor grande" de su pueblo.
Pero el dos de diciembre de 1956 volvería a la
carga. La Sierra Maestra sería ahora el escenario definitivo de la
contienda. En la montaña redentora se revela como un gran estratega.
Culminada la guerra y triunfante por primera vez
en nuestra historia una verdadera Revolución, era de esperar que
pudiéramos erigir en paz una sociedad más justa.
Siempre fundido con el pueblo, que ha hecho posible la obra gigantesca de la Revolución, permanece el Comandante en Jefe.
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