Cable Submarino: “Que venga la
fiera…”
(Foto: Telaraña de fibra óptica
submarina de la que EEUU excluye a Cuba)
Este sábado 22 de enero comenzó el tendido del cable
submarino que multiplicará por 3000 la capacidad de Cuba para acceder a Internet. La
inversión, con un costo aproximado de 70 millones de dólares, estará disponible
en julio de este año.
Como han explicado sus autoridades, todas las
comunicaciones internacionales de Cuba se realizan hoy a través de conexión
satelital, a pesar de que a 32 kilómetros de sus costas pasa el más cercano de
una nutrida red de cables submarinos a los que el
bloqueo norteamericano le impide acceder. Pero ése no es el único efecto que
ocasiona la política de Estados Unidos a las telecomunicaciones cubanas. Las
limitaciones para
el acceso a financiamiento y tecnologías en esa área han creado problemas de
infraestructura, que impiden que de inmediato el incremento del ancho de
banda internacional repercuta en un aumento significativo de los usuarios de Internet en
la Isla, más
allá del millón y medio de servicios existente en estos momentos, como
argumentara el Viceministro Primero de la Informática y las Comunicaciones, Rafael
Linares, en una entrevista al diario mexicano La Jornada. Por ahora,
Cuba seguirá privilegiando el acceso social desde universidades,
instituciones científicas y centros sociales, como los más de 600 Joven
Club de Computación y Electrónica dispersos por toda la geografía cubana;
además de redes especializadas como Infomed y Cubarte que llegan
hasta los hogares de decenas de miles de médicos e intelectuales. Es algo
difícil de entender para quienes –desde concepciones individualistas-
subordinan el acceso al conocimiento en función del dinero de los
beneficiarios, pero en Cuba detrás de cada servicio hay generalmente varias
personas, lo que hace que ese millón y medio signifique en realidad muchos más
usuarios. Obvia decir que todos esos accesos ganarán en calidad con la puesta
en funcionamiento del cable.
En sus declaraciones a La Jornada, Linares precisó
que “el cable no rompe el bloqueo, porque las leyes del bloqueo siguen
iguales” y añadió:
“Cuando el acceso colectivo esté cumpliendo su
cometido, que todavía hay que fortalecer y exista la posibilidad técnica y
financiera de que se le pueda dar respuesta a la demanda individual, ahí
empezará a abrirse.
¨Como política general del país no hay ninguna prohibición[…] Es un problema de política regulatoria, porque
no podemos irresponsablemente abrir un servicio, ofrecerlo, que la gente vaya a acceder a él y entonces no tener una respuesta. Se requieren
las condiciones técnicas y económicas para que el servicio sea sostenible y permanente.”
Según su entrevistador, el viceministro cubano citó
como ejemplo el servicio de telefonía celular, “que hasta 2008 se les
negó a los cubanos individualmente. Desde entonces las líneas brincaron de 331
mil a más de un millón y el soporte técnico ha sido estable”.
Sin embargo, no ha habido que esperar hasta julio
para que los mismos intereses que han limitado el acceso desde la Isla a la Red de redes
pongan en evidencia su extraordinaria importancia. Varias agresiones, ocurridas
en los últimos días, dan testimonio del temor que desata entre los enemigos de
la Revolución Cubana la presencia de las verdades de Cuba en Internet. Lo
ocurrido con la censura
al sitio Cubadebate
en las redes sociales YouTube
y Facebook, o el ataque
del diario El País
contra la Enciclopedia Colaborativa EcuRed, evidencian de qué
lado está el miedo y quiénes son los portadores de la verdad en esta historia.
Mientras tanto, en Cuba esperamos con ansiedad la
llegada de las nuevas posibilidades que abre el cable submarino, recordando el
estribillo de una canción popular: “Que venga la fiera, que la
estoy esperando…” (Publicado en CubAhora)
No hay comentarios:
Publicar un comentario