Cuentan que a la llegada de Colón a Cuba, encontraron a
muchos nativos que atravesaban pueblos con tizones en las manos y
ciertas hierbas para tomar sus sahumerios. Según describían los
descubridores de la Isla, eran unas hierbas secas metidas en una cierta
hoja a manera de mosquete hecho de papel.
El cronista Gonzalo Fernández de Oviedo lo narraba: “E así como
empezaban a beber, trujo el mesmo cacique un manojo de tabacos que son
del tamaño de un jeme e delgadas como un dedo, e son de una cierta hoja
arrollada e atada con dos o tres hilos de cabuya delgados; la cual hoja e
planta della crían con mucha diligencia para el efecto destos tabacos, y
encendianlos por el cabo poca cosa y entre si se va quemando...
“Hasta que se acaba de quemar, en lo cual dura un día. E de cuando en
cuando metíanla en la boca por la parte contraria de donde arde, e
chupan para dentro un poco espacio aquel humo, e quítanla, e tienen la
boca cerrada, e retienen el resolló un poco, e después alientan y
sáleles aquel humo por la boca e las narices. E cada uno de los indios
que he dicho, tenía una de estas hojas rebollada…”
Quedaba “descubierto” así el tabaco, cuando el almirante Colón lo
menciona por primera vez en la página de su diario correspondiente al 15
de octubre de 1492.
LA HISTORIA DEL TABACO
No por gusto existe en el argot popular la famosa frase “más larga
que la historia del tabaco”, pues en realidad narrar las peripecias de
la Nicotiana Tabacum sería interminable.
Su entrada en Cuba fue a través de los Aravacanas y data de dos mil a
tres mil años antes de Cristo. No obstante, solo se dio a conocer al
mundo luego de descubierta la Isla por Colón, fecha que lanzó el puro al
“Viejo Continente”.
Fueron necesarios, sin embargo, cien años para que el tabaco
circulara por puertos españoles, aunque el resto de Europa no tardó en
conocer las excelencias del nuevo descubrimiento.
Medicina milagrosa, elemento imprescindible de ceremonias religiosas y
militares, alucinógeno, complemento dietético, hierba aromática, han
sido algunas de las acepciones conocidas de las planta tanto para los
nativos como para los europeos.
Hoy, a 520 años de su hallazgo, existen en Cuba varias vertientes y
formas de cultivar la hoja: variedad Criollo 98, Habana 92, Habana P.R,
Sancti Spiritus 96, Corojo 99 y Habana Vuelta Arriba.
DE VEGAS ROBAINA AL HOYO DE MONTERREY
Pinar del Río, otrora camino a la Vueltabajo, es tierra de buen
tabaco y Hombres Habano. Las plantaciones de la hoja verde son el
acostumbrado y mejor paisaje de estos lares. La tradición familiar, el
carácter jovial de los guajiros y la excelencia de las cosechas del
territorio hacen de la provincia destino recurrente a conocedores,
cosecheros y amantes de la solanácea.
Buena parte de las capas para cubrir los más de 140 millones de puros
que fabrica el país por años salen de las mágicas tierras occidentales.
Desde Consolación del Sur, Pinar del Río, San Luis y San Juan y
Martínez; desde Vegas Robainas, hasta los legendarios senderos del Hoyo
de Monterrey, el tabaco es más que un cultivo, es cultura. Así lo
afirman Héctor Luis, Gerardo Medina, Hiroshi Robaina y Pancho Cuba,
varios de los más reconocidos productores de la zona.
Al iniciar un pequeño viaje por la parte norte de la provincia,
especialmente por San Luis y San Juan, los parajes más reconocidos por
la calidad de sus sembradíos, llegamos a la ahora casa-museo del
fallecido Alejandro Robaina, quien estrechara manos de políticos,
cineastas, músicos y fuera embajador de los puros cubanos.
La vega El Pinar, con 16 hectáreas en la zona conocida como Cuchillas
de Barbacoa, en los llanos vueltabajeros de San Luis, ahora se
establece bajo la custodia del nieto Hiroshi Robaina, quien sueña
erigirse Hombre Habano, como su abuelo.
A partir de 1845, la familia Robaina produce la planta con resultados
satisfactorios, no por gusto existe desde 1997 una marca bajo su
nombre; mas el legado queda a salvo con los conocimientos adquiridos por
Hiroshi del proverbial Don Alejandro Robaina.
Más allá y ya en tierras sanjuaneras, Francisco Milián, conocido como
Pancho Cuba, nos recibe entre espigadas planteles; en medio del arbusto
aún humedecido por la reciente neblina revela parte de los misterios
del ancestral cultivo, su desvelo por las colectas y la pasión por esta
faena inculcada por sus antepasados.
Sus propiedades en La Ceniza, San Juan, están incluidas con
frecuencia en el recorrido de los delegados a los Festivales del Habano.
En su haber sobresalen resultados de eficiencia, de manera estable ha
obtenido más del 30 por ciento de capas con calidad exportable.
En Quemado Rubí, ya en pleno San Juan y Martínez, la meca del tabaco
de Cuba, se levanta la finca de Héctor Luis Prieto Díaz, el Hombre
Habano más joven del mundo. Apenas con 35 años obtuvo tal distinción en
el 2008, por alcanzar más del 50 por ciento de capas de exportación.
Desde entonces sus predios son referencia para los cosecheros de la zona
y turistas interesados en conocer la historia de la aromática hoja.
En sus tierras, unos recolectan tabaco, otros ensartan en la
tradicional casona; algunos, entre descanso y descanso, tuercen un puro
para acompañar las coladas de café. Ha sido siempre así, desde que por
1996 comenzara a sembrar en su propia vega, de manera independiente.
“Practiqué paracaidismo, estudié para tornero en el politécnico
Primero de Mayo, pero al final regresé al campo”, recuerda, mientras
fuma uno de sus puros. “La vega es lo mío, me lo inculcaron desde
pequeño. Hay que trabajar mucho, tenerle amor a la tierra”.
Unas 60 mil posturas de tabaco tapado y 80 mil de sol cultiva como
promedio cada año, con la aplicación de novedosas tecnologías obtenidas
de la Estación Experimental del Tabaco de San Juan y Martínez, única de
su tipo en el país.
“La siembra en doble hilera, con evidentes beneficios para las
plantaciones, permite trabajar con más facilidad y menos intromisión
mecánica”, justifica Prieto su técnica y parte de su secreto junto a la
observación de las fases de la luna, una suerte de brújula para estas
labores.
“Ser Hombre Habano es un compromiso, no solo porque condiciona seguir
con la buena trayectoria en la producción, motivo por el que me dieron
esta condición; sino porque crea una responsabilidad con la cooperativa,
con la familia, para tener cada día un producto de mejor calidad”,
enfatiza.
Versado productor, Prieto Díaz aconseja “tratar a la tierra con
disciplina y amor, como si fuera uno más de la familia. No se puede
pensar en solo recibir de ella el fruto, hay que protegerla,
conservarla”.
“Aprendí de mi abuelo todo lo que sé. Disfruto inmensamente caminar
cada jornada por los surcos al amanecer o al final del día. Me relaja”,
apunta
Él, Pancho Cuba, Hiroshi Robaina y muchos de los campesinos de la
zona apuestan por la resiembra una vez terminadas las colectas, como
manera de incentivar la fertilidad de los suelos y prepararlos para la
próxima temporada.
Tras salir de los predios de Héctor Luis, se llega al famoso Hoyo de
Monterrey, uno de los paisajes más atractivos de la franja tabacalera,
en la misma entrada del pueblo de San Juan y Martínez.
Adquirido en 1860 por el catalán José Gener y Batet, el veguerío
recolecta la planta desde aquel entonces, con perspectivas en la
exportación. Las hojas de tabaco tapado cultivados en estas posesiones
junto con las de los demás productores visitados cubren, además de las
seis vitolas de Vegas Robaina, varias marcas reconocidas de habanos
Premiun, que exporta Cuba a más de 120 países como Cohíba, Partagás o H.
Upmann.
POR LA RUTA DEL HABANO
En la actualidad, la cosecha está en pico y con resultados positivos,
al menos en el occidente cubano, caracterizado por la calidad de sus
plantaciones, según asegura Eduardo Reyes Sánchez, especialista de la
rama en la delegación del Ministerio de la Agricultura.
“Hay una buena situación en los sembradíos. Lo que más afecta es la
situación climática, la poca lluvia, pero en sentido general no hay
plaga, tenemos una cobertura fitosanitaria idónea, no hemos tenido moho
azul.
“Este año hicimos un programa de preservación y mejoramiento de
suelos que no se había hecho antes. Aplicamos, en el caso de tabaco
tapado, rotación de áreas, práctica que no se llevaba a cabo hace muchos
años. Además se hizo el relleno, el subsolado y las barreras de
conversación de suelo”, adicionó Reyes Sánchez.
“Terminada la cosecha, hacemos el programa de mejoramiento. Es una
necesidad, los suelos en Pinar son muy ligeros, arcillo-arenosos, tienen
erosión, y hay que reponerlos frecuentemente. El nivel de fertilidad es
bajo y el tabaco requiere un índice determinado para desarrollarse.
Aun cuando se aplican novedosas técnicas para el sembrado, todavía se
emplean métodos menos invasivos, como el arado criollo, para surcar la
tierra antes de la siembra, la guataquea del tabaco, el rastrillo tirado
por bueyes y la preparación de los suelos por tracción manual.
Es entonces cuando, atraídos por la fama de los Habanos cubanos y con
la curiosidad de conocer las tierras donde se cultiva el mejor tabaco
del mundo, centenares de turistas transitan cada día vegas y fábricas de
puros en la provincia de Pinar del Río.
Los recorridos establecidos por la Comercializadora de Asistencia
Técnica (CATEC) en conjunto con agencias de viajes como Paradiso
comprenden visitas a la fábrica Francisco Donatién, al taller de
humidores D´Cuba, al despalillo de tabaco Niñita Valdés y a la vega de
alguno de los destacados productores de la provincia, como los antes
mencionados.
Durante el periplo se puede observar los campos de la aromática
planta-al sol o bajo finas mantas-, así como la destreza de auténticos
maestros de la industria del torcido. La habilitad para torcer vitolas
de conocidos sellos distingue a los trabajadores de la fábrica, situada
en el centro histórico de esta ciudad.
A tan solo días de inaugurarse el Festival del Habano, que se
celebrará del 27 de febrero al dos de marzo, Pinar del Río se prepara
para recibir a los delegados al encuentro internacional.
Dedicado en la ocasión a homenajear a las prestigiosas marcas Cohiba y
Romeo y Julieta, el evento depara a los participantes de más de 60
países una visita a territorios de diez productores de San Juan y tres
de San Luis, entre los que se incluyen nuestros entrevistados.
Una de las iniciativas que se articulan para próximas ediciones del
evento y por la acogida de los recorridos a Vueltabajo es instrumentar
La ruta del tabaco, aunque muchos prefieren nominarla La ruta del
Habano.
Volverá entonces la aromática planta a ser noticia por estos días
desde la capital cubana, pero en estas tierras del occidente es cuestión
de jornal a jornal. El amor por la hoja representa un legado de
generaciones enteras, sueños de adolescentes y tradición familiar y
cultural del territorio.
Estos hombres amanecen con el canto del gallo en el surco, con
sombrero de yarey saludan el nuevo día y, tabaco en mano, le despiden
desde un paisaje que promete, siempre, el mejor de los verdes.
Recuadro:
FESTIVAL DEL HABANO:
Del 27 de febrero al dos de marzo, el Festival de este año lanzará al
mercado nuevas vitolas de Habano S. A. El programa incluye visitas a
las mejores plantaciones del país, emblemáticas fábricas de tabaco,
feria comercial, seminarios, degustaciones, clases magistrales de
torcido y cata a ciegas.
El cronograma incluirá el Concurso Internacional de Habano-sommelier
y, como novedad, el certamen internacional Habanos en imágenes, dirigido
a los realizadores de obras audiovisuales relacionadas con la temática.
Una cena conmemorativa del 520 aniversario del descubrimiento del
tabaco en Cuba por los europeos y la tradicional subasta de humidores a
beneficio del sistema de salud público cubano conformarán parte de las
actividades.
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