domingo, 6 de febrero de 2011

Premio Literario Casa de las América




LA edición 52 del Premio Literario Casa de las América mantuvo el prestigio de un galardón que solo se concede a obras de auténtica calidad. Del debate de los jurados, luego de analizar los más de 300 textos enviados, habla el hecho de que los acuerdos fueron tomados unos por unanimidad y otros por mayoría, hasta llegar este año a declarar desierto uno de los lauros.




El Premio Casa en Novela, presentado por la chilena Andrea Jeftanovic, fue por unanimidad para el mexicano Gabriel Santander Botello por La venganza de las chachas, en la cual el jurado apreció que se trata de “…..una narración desmesurada, desbordante y gozosamente eximida de las reglas de lo correcto, de la contención, o de las proporciones….Presenta un mundo carnavalesco y expresionista que se deja iluminar por un lenguaje brillante….a la vez que utiliza un humor feroz que revela y potencia las acciones".



El jurado, integrado además por Roberto Burgos Cantor, de Colombia; Claudio Ferrufino-Coqueugniot, de Bolivia; Martín Kohan, de Argentina y Rogelio Riverón, de Cuba, concedió dos menciones para: Faraón Angola, de Rodrigo Parra Sandoval, de Colombia y Los hijos soñolientos del abismo, de Geovannys Manso Sendán, de Cuba.



En Cuento, los jurados Eduardo Becerra, de España; Mario Roberto Morales, de Guatemala; Sonia Rivera-Valdés, de Cuba-Estados Unidos, y Anna Lidia Vega Serova, de Cuba, acordaron por mayoría otorgar el Premio a La bota sobre el toro muerto, de Emerio Medina, de Cuba.



El acta, leída por Rivera- Valdés, indica que “el libro constituye un conjunto de relatos autónomos, escritos con una prosa precisa y efectiva, que aborda temáticas que van desde un dramatismo contenido hasta una truculencia que nunca desborda la estética de contención y precisión que anima el punto de vista del narrador”.



También concedió tres menciones a escritores argentinos: El porvenir, de Virginia G. Gallardo; Pequeños milagros, de Norberto Mauricio Espinosa, y Brindar con extraños, de Patricia Suárez, de Argentina.



El Premio en Literatura Testimonial recayó por unanimidad en el libro Su paso, de Carlos E. Bishoff, de Argentina, "en atención a la profundidad y frescura con que aborda el tema de la represión en su país durante las dictaduras militares de la segunda mitad del siglo XX. Por otra parte, apreciamos especialmente la riqueza psicológica y la elaboración literaria del lenguaje".



El jurado en esta categoría estuvo integrado por Margaret Randall, de los Estados Unidos (quien presentó el Premio); Flor Romero, de Colombia, y Yamil Díaz, de Cuba.



La categoría Literatura Brasileña tuvo un jurado compuesto por el brasileño Marcos de Moraes y los cubanos Trinidad Pérez y Ricardo Alberto Pérez, quienes acordaron otorgar el Premio por unanimidad a la novela Poeira: demonios e maldições, de Nelson de Oliveira, porque “sobresale por la eficacia de su estructura, la cual propone un diálogo entre el discurso del relato, y otro discurso que se vale de pasajes oníricos y niveles elaborados a partir de juegos radicales con el lenguaje”.



La edición 52 parece marcada por las menciones, pues fueron concedidos igualmente dos a: Treva alborada, de Mariana Ianelli y Os lençóis e os sonhos, novela, del cineasta Orlando Senna.



La ensayista argentina Adriana Rodríguez Pérsico, a nombre del jurado de Ensayo Artístico-Literario (Carlos García Bedoya, de Perú, y Norge Espinosa, de Cuba) tuvo a su cargo la explicación de por qué acordaron declarar desierto el Premio: “por estimar que aunque se presentaron al concurso ensayos de valores apreciables, de correcta escritura y que se asoman a temas de interés en nuestro ámbito, ninguno de ellos alcanza el nivel requerido como para ser merecedor de este Premio. Diversos problemas de estructura, manejo de fuentes, falta de hipótesis fuertes y novedosas en los enfoques, nos llevan a esta decisión”.



Señalan no obstante que “algunos de ellos son dignos de análisis para una posible publicación” y otorga nada menos que cuatro menciones a dos libros cubanos: De José Lezama Lima a Severo Sarduy (Lenguaje y neobarroco en Cuba), de Luis Álvarez Álvarez y Ana María González Maffud, y Lunes de Revolución: compromiso y libertad, de Leandro Estupiñán Zaldívar; y a dos argentinos: Inmersiones en el maëlstrom socio-estético, de Roberto Bolaño. Representaciones literarias de la contemporánea latinoamericanidad diaspórica, de Cecilia López Badano, y Canibalizar la biblioteca. Debates del campo literario y cultural puertorriqueño (1990-2005), de Elsa Noya.



El poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las Américas, presentó los Premios Especiales de carácter honorífico, correspondientes en esta ocasión a libros publicados entre 2008 y 2009, y fueron los siguientes:

Premio de poesía José Lezama Lima para Los danzantes del tiempo. Antología poética, de Kamau Brathwaite, de Barbados: "Por constituir un amplio recorrido por la obra de uno de los más sobresalientes poetas caribeños de las últimas décadas".



Premio de ensayo Ezequiel Martínez Estrada para Amazonía. El río tiene voces, de Ana Pizarro, de Chile: "Por tratarse de una acuciosa y reveladora investigación que nos ayuda a entender un universo geográfico fundamental y sus implicaciones culturales".



Premio de narrativa José María Arguedas para Espejos. Una historia casi universal, de Eduardo Galeano, de Uruguay: "Por la originalidad con la que emprende una historia personal del mundo desde los albores de la existencia humana hasta el presente, en la cual se mezclan la erudición, la síntesis y el humor".



Durante las jornadas del Premio Casa (17 al 27 de enero) se presentaron los libros galardonados en 2010; una reedición de la novela Los ríos profundos, de José Maria Arguedas (homenaje por su centenario); la edición cubana de La sal de los retos, del académico peruano Stefano Varese y La potencia plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obreras y populares en Bolivia, de Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional y quien dijera las palabras inaugurales de las labores del Premio Literario Casa de las Américas 2011.








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