sábado, 15 de septiembre de 2012

Cinco Cubanos: El maquillaje de un delito que nunca existió



El prestigioso abogado chileno Juan Guzmán, quien tuvo a su cargo casi un centenar de querellas contra el dictador Augusto Pinochet, aseguró que el juicio contra cinco antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos carece de todo sustento.
En entrevista con Prensa Latina, el exjuez de la Corte de Apelaciones de Santiago de Chile aseguró conocer muy bien el expediente judicial de los cubanos y se pudo percatar ‘de que en el fondo, con meras apreciaciones, se maquilló un delito que nunca existió’.
‘Inventaron un cargo, el de haber puesto en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos, algo que los propios militares estadounidenses desmintieron en la vista oral’, precisó Guzmán, quien asistió en 2007 como observador al proceso presentado por los abogados de la defensa en la Corte de Apelaciones de Atlanta.
En el juicio, que comenzó en el otoño de 2000 y se extendió siete meses, expertos como el entonces jefe del Comando Sur, general Charles Whilhem y el general retirado Edgard Atkinson, el almirante Eugene Carol, el coronel George Busckner, e incluso, el exdirector de la Agencia de Inteligencia del Pentágono James Clapper negaron que los cinco tuvieran acceso a datos clasificados o secretos.
‘Y eso me llamó mucho la atención, que los jueces fallaran en contra de ese dictamen, cuando miembros de las fuerzas armadas de Estados Unidos dijeron que, en ningún momento, la actuación de ellos significó un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos’, comentó el jurista.
En su opinión, esa actitud de la justicia es muy llamativa, ‘porque en ese tipo de juicio lo que importa son los peritajes de las personas que tienen conocimiento, de la ciencia o de un arte, y ahí el tema de los militares, de los generales, es precisamente el peligro nacional o internacional de ciertos actos’, reflexionó Guzmán, quien en Chile procesó también a numerosos agentes estatales por violaciones de los derechos humanos.
Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero, Fernando González y René González fueron detenidos en Miami en la madrugada del sábado 12 de septiembre de 1998, y encarcelados por los próximos 17 meses en celdas de castigo, en solitario.
La acusación principal contra ellos, como reconocieron los fiscales y el juez desde el acta acusatoria hasta el último día del juicio, fue que habían, pacíficamente, sin armas, penetrado grupos terroristas anticubanos con el objetivo de informarle a Cuba sobre sus planes criminales, sin embargo, todo el tiempo fueron tratados por la prensa de Miami como espías y como tal fueron sentenciados.
Finalmente recibieron condenas que van desde 15 años hasta doble cadena perpetua más 15 años, esta última a impuesta Gerardo Hernández.
René González fue liberado tras cumplir la sanción, pero está obligado a permanecer durante tres años en territorio norteamericano, bajo el régimen de libertad supervisada.

‘Me dio la impresión que había alguna forma de presión, de algún tipo, la fiscal que actuó en esa oportunidad dijo insolencias bastante intolerables ante el tribunal, y el tribunal no reaccionó de ninguna manera, más bien actuó con mucha obsecuencia’, narró el letrado.Al presenciar el proceso de apelación en Atlanta, el exjuez Guzmán se percató de algunas de las anomalías.
Recordó además que los abogados de la defensa tuvieron que dividirse el tiempo, ya que se les dio solamente media hora para defender a cinco personas, condenadas.
‘Después la decisión fue absolutamente leonina, contra derecho, no analizó los puntos de derecho que debía haber analizado, los cuales fueron argumentados por los abogados, encontré que no hubo igualdad ante la ley, eso en cuanto a lo que pude observar’, rememoró el renombrado jurista.
Tras ser enjuiciados en el 2000 en Miami, los cinco reclamaron ante la Corte de Apelaciones del Onceno Circuito, situado fuera de Florida, en Atlanta, Georgia.
Después de una minuciosa revisión de los documentos del caso, el 9 de agosto de 2005, un panel de tres jueces de la Corte hizo pública su opinión, un detallado análisis de 93 páginas del juicio y de la evidencia, revirtiendo las condenas y las sentencias, sobre la base de que no recibieron un juicio justo en Miami. Fue ordenado un nuevo juicio.
Sin embargo, en agosto de 2006 el pleno de esa Corte revirtió la decisión.
‘Yo he estado como observador en varios procesos judiciales en muchos países y he visto como se realiza la justicia, por ejemplo en Perú para observar algunas partes del juicio a (Alberto) Fujimori, y ahí me di cuenta del contraste con el juicio de los cinco’, reflexionó Guzmán.
De acuerdo con el letrado, en Perú vio el interés que tenían los magistrados por llegar a la verdad, para que los testigos dijeran todo lo que sabían, sin interrumpirlos, sin cortarles el tiempo, y a los abogados también se les permitía el mayor tiempo posible para exponer los argumentos.
‘No había límite de tiempo ni para abogados ni para testigos, eso me tocó verlo y quedé muy impresionado de cómo funcionó el proceso, a diferencia del juicio contra los cinco, de la apelación en Atlanta, que fue una mascarada de juicio’, opinó.
El jurista confesó que con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca tuvo esperanzas de que dictara una ley de indulto que favoreciera a los Cinco, como son conocidos internacionalmente en las campañas por su liberación.
‘Yo decía, Obama es el hombre que va a tener que resolver esta situación tan penosa para tantas familias cubanas y tan injusta para los propios prisioneros, que han sido condenados ilegítima e injustamente, sin embargo, hasta ahora no tomó la decisión’, expresó Guzmán.

 

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