miércoles, 1 de noviembre de 2017

La sal y la diabetes


El consumo alto de sal teóricamente también se asoció con un aumento significativo en el riesgo de diabetes...
La sal y la diabetes
Una alimentación muy limitada en su contenido de sal ha sido útil en la prevención y control de diversas y serias enfermedades. (Foto: vivecondiabetes.com).
La sal de cocina es cloruro de sodio. Este último es un mineral necesitado por el organismo humano para mantener su función normal.

También se halla en forma natural en la mayoría de los alimentos.

Todos necesitamos ciertas y precisas cantidades de sodio para un buen  funcionamiento del organismo humano. Colabora con la fisiología de los músculos y los nervios así como a mantener en adecuado equilibrio  los líquidos corporales. También regula la presión arterial y el volumen sanguíneo.

Entre las propiedades del sodio se encuentra la de atraer agua. Una comida cargada en sodio aumenta el volumen sanguíneo debido al agua acumulada en la sangre. Al paso del tiempo esto puede aumentar la presión arterial.

El 75 por ciento de la sal se consume de forma “invisible”. Durante el proceso industrial se le añade a galletas, pan, alimentos preparados o en conserva. No es necesario el sabor salado para contener, cantidades importantes de sal, determinado producto.  El sodio está presente en buenas proporciones en barritas de chocolate y otros dulces como pasteles, caramelos y bebidas refrescantes así como en yogures comerciales.

También existe en sacarina de sodio, glutamato monosódico, nitrito de sodio y polvo para hornear a base de bicarbonato de sodio y benzoato de sodio, así como en  condimentos y aliños como la salsa de soya y los cuadritos de caldo concentrado.

LAS IMPORTANTES CANTIDADES

La cantidad máxima diaria de sodio para ser ingerida por un adulto es de 2,300 miligramos al día por cualquier vía, cantidad contenida en una cucharadita de sal. El consumo recomendado no debe sobrepasar más de 1,500 miligramos diarios como una forma de preservar la salud en personas saludables.

La común sal de cocina, cloruro de sodio, contiene un 40 por ciento de sodio. Una cucharada pequeña, 5 gramos aproximadamente, contiene ella sola 2,300 miligramos de sodio.

LAS COMIDAS HABITUALES

En el mundo, como promedio los hombres consumen una media de sal de 11 gramos diarios;  las mujeres se quedan en 8,1 gramos.

Cualquiera que consuma más de uno o dos alimentos procesados diariamente, ingerirá una sobredosis de sal.

Los enfermos de hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca congestiva, cirrosis hepática o determinadas nefropatías pueden necesitar cantidades mucho más bajas, pues el sodio puede llevar a una acumulación grave de líquidos en quienes padecen estas enfermedades y agravarlas.

NECESIDADES REALES DE SODIO

Cada persona solo necesita una pequeña cantidad de sodio para mantener en equilibrio los líquidos del cuerpo, sostener la función normal de músculos y nervios, así como cooperar con el buen funcionamiento de algunos órganos.

Y esto pudiera alcanzarlo con facilidad aun consumiendo comidas sin sal, pues en la composición normal de muchos alimentos se encuentra el sodio.

LA SAL Y LA DIABETES

Recientemente se ha planteado cómo un elevado consumo de sal, en un adulto promedio, pudiera incrementar las probabilidades de padecer diabetes tipo 2.

Fueron estudiadas varios  miles de personas en Suecia. Los resultados indicaron cómo el consumo de sal se vinculó con un aumento promedio del 65 por ciento en el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 por cada 2.5 gramos extra de sal, equivalente a algo menos de media cucharadita diaria.

Las personas más consumidoras de sal, aproximadamente 1.25 cucharaditas  o más cada día, presentaron un 72 por ciento más de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 en relación a quienes menos la consumían.

El estudio realizado en el Instituto Karolinska de Estocolmo, no precisó la manera de cómo se  provocó un aumento en la diabetes en relación al consumo de mayores cantidades de sal, aunque señalaron a la sal como capaz de incrementar la resistencia a la insulina, mecanismo capaz de desarrollar este tipo de diabetes.

También el consumo excesivo de sal pudiera haberse relacionado con un mayor peso corporal.

El consumo alto de sal teóricamente también se asoció con un aumento significativo en el riesgo de diabetes autoinmune latente en los adultos; es una forma de diabetes tipo 1 de lento desarrollo  y capaz de aparecer en la edfad adulta.

UTILIDAD DE ESTOS RESULTADOS

Estos resultados pudieran resultar importantes a la hora de aconsejar a las personas en cuanto a  la prevención de la diabetes en la edad adulta.

Una alimentación muy limitada en su contenido de sal ha sido útil en la prevención y control de diversas y serias enfermedades; la diabetes mellitus ahora pudiera ser una de ellas.

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