jueves, 24 de abril de 2014

Cooperativas de aluminio y canarios

ALUMINIO Y GANANCIAS


En un local tan pequeño casi no cabe tanto optimismo. Y no se trata de que uno se los encuentre celebrando, sino todo lo contrario: el lugar siempre está lleno de latas, planchas de aluminio, botellas, bronce, cobre, papel y cartón para reciclar. Los ocho socios de la Cooperativa de Reciclaje de Desechos Sólidos de Artemisa laboran a toda máquina, con tal de cumplir tres objetivos básicos.


Pretenden incrementar sus propios ingresos,  recuperar mayor cantidad de materias primas (que precisa la economía del país e incluso se exportan) y mejorar la calidad del servicio y la satisfacción de los clientes.
A escasos seis meses de su fundación, ya los asociados cobran 2 000 pesos mensuales, la cooperativa recuperó 731 toneladas más de materias primas que el año precedente (cuando era una empresa municipal) y los clientes están motivados a regresar.


Lucilo Valdés, un jubilado, llega con un saco lleno de aluminio. Se lo pesan y, al momento, recibe el pago correspondiente. “Antes, me entregaban un cheque. Tenía que ir al Banco y demorarme otro rato más”. Ya no sucede así. Por eso el local suele verse muy concurrido: camiones, tractores, bicicletas y carretillas cargadas de latas y otros objetos metálicos. “Esto lo vaciamos ayer, y mire hoy cómo está, lleno otra vez”, indica Roberto Rodríguez, chofer y estibador.


Pero los socios comparten el entusiasmo de trabajar y recibir más por el fruto de su esfuerzo. Odalys Bordón cobraba 148 pesos de salario y Roberto dice que solía ganar 80 o 100 pesos de salario básico quincenal; eso cambió: con 2 000 pesos mensuales se siente estimulado a echar el resto día tras día.


“Es lo que cobra cada uno —señala Orlando Falgueiras, el presidente. Estábamos sujetos a un plan de compra y venta; desde el 1 de julio de 2013, cuando se fundó la cooperativa, ya no tenemos límites para una cosa ni la otra. Se duplicó el trabajo y, a la vez, las ganancias.


“La recuperación aumentó considerablemente, de bronce, cobre… La de papel y cartón casi se triplicó, y la de aluminio se multiplicó por cuatro. Buena parte se exporta y genera ingresos en divisas al Estado.


“Con el empeño de todos, duplicamos el fondo de operaciones para comprar materias primas. Atendemos un mayor número de clientes (30-40 a diario). Tenemos contabilidad propia, con lo cual abolimos trámites que retrasaban los pagos, así como eliminamos las cuentas por pagar y cobrar. Y prestamos servicio de transporte a la población, si lo necesita.


“Nuestras utilidades superaron el millón de pesos en 2013. Pagamos el préstamo inicial y disponemos de capital propio. Al finalizar el año distribuimos 20 000 pesos a cada uno de los socios. La cooperativa ha significado bienestar, tanto para la economía como para nosotros”.


SINGULAR Y PROVECHOSA


Este modelo de gestión resulta tan promisorio que el 20 de septiembre de 2013 nació quizás la más singular de las Cooperativas No Agropecuarias (CNA), integrada por 63 socios de los 11 municipios artemiseños, que se dedican a criar aves no endémicas del archipiélago cubano para comercializarlas en el extranjero. Sus miembros han de pertenecer a la Asociación Ornitológica de Cuba.


Solo en lo que va de año vendieron 1 300 aves a clientes de Corea del Norte, México, Canadá, Guatemala, Panamá, Venezuela y Honduras, quienes prefirieron pericos, canarios y personatas, además de isabelitas, ficheris y agapornis mixtos, revela Odalis Silva, económica de la CNA.


De modo que las ganancias de enero a marzo ascienden a 79 000 pesos en CUP, los cuales distribuyen entre los cooperativistas, según sus propias ventas y con rebaja de los anticipos, revela Silva.


“Nos pertenece el 60 por ciento de la venta; vendemos un cacatillo blanco en 9.00 CUC, uno mutado en 7,90 y el gris en 5,60; en cambio, los canarios a 17, indica Lázaro Fiallo, miembro de la Asociación Ornitológica de Cuba desde 2002, quien ahora asume este hobby como un trabajo no estatal.


“Me parece muy bien la creación de la cooperativa. Además de ser una fuente de empleo, tenemos una estructura nacional que comercializa las aves, ahora con mayor sentido de pertenencia y utilidades superiores que cuando vendíamos mediante Cubaexport. Al ser nuestra, le podemos exigir más”, asegura este natural de Güira de Melena, municipio sede de la CNA.


“Estamos dando los primeros pasos: necesitamos aumentar en clientes extranjeros, así ingresamos divisas al país y mejora la economía personal”, sostiene. En un pequeño patio con una limpieza impecable, Fiallo tiene 19 parejas de cacatillos en producción y 120 pichones; en otras jaulas seducen sus 16 pares de canarios y unos 50 en cría.


“Nos esforzamos en la reproducción y la cría. Es una labor permanente alimentar a los pichones, y brindarles todas las atenciones con suma paciencia. Lo concebimos como un arte que involucra a la familia, y que disfrutamos cuando crecen los críos y los escuchamos trinar”.


Esta obra de Fiallo no solo ha llenado su hogar de trinos, colores y alegría, sino también de trofeos. Entre diciembre de 2013 y enero de 2014, se tituló campeón en el evento anual de ornitología, desarrollado en Matanzas, con sus canarios de color.


Pero no fue únicamente él: cuatro de los ocho campeones nacionales pertenecen a esta joven provincia. Arnaldo Morales triunfó con palomas de raza; Rodolfo Mestril, con cacatillos y Jesús Suárez, con gallinácea.



EXPLOTAR LAS OPORTUNIDADES


Pedro Luis Tabares, presidente de la cooperativa, declara que igualmente comercializan alpiste; misturas de canarios, de aves de fantasía y de pericos; perchas; jaulas; bebederos y otros insumos y alimentos que compran los criadores, socios e integrantes de la Asociación Ornitológica.

“Traemos el arroz con cáscara desde Holguín, el mijo desde Santi Spíritus, y contratamos otros granos necesarios para la alimentación de las aves con Mayabeque. Entretanto, artesanos de Cienfuegos nos proveen de anillos para las competencias.

“En Artemisa, el Combinado Avícola nos vende huevos sucios y fuera de medida, indispensables en la dieta de los pajaritos; asimismo, prevemos realizar otros contratos con entidades provinciales —como la Agricultura e Industrias locales, que nos puede suministrar materias primas para los nidos—, a fin de minimizar gastos por la transportación. Hay reservas y potencialidades que no desaprovecharemos”.

La Cooperativa No Agropecuaria de Ornitología, única de su tipo en Artemisa, ha de explotar la oportunidad de contratar la venta de aves para ambientar hoteles y otras instalaciones, entornos naturales como Las Terrazas y Soroa (en Candelaria) y Las Yagrumas (en San Antonio de los Baños), lo cual está previsto en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Los amantes de la ornitología comercializan aves de otros lugares del mundo, y crían especies endémicas cubanas. Detrás de cada ave está la mano de estos cooperativistas, que desarrollan especies y cambian sus colores mediante cruces genéticos, que se hacen cómplices de la Naturaleza al multiplicar agapornis amarillos y mixtos; cacatillos blancos, mutados y grises; pericos y canarios blancos y rojos.

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