viernes, 16 de mayo de 2014

Bohemia: periodismo cubano de lujo


En 1943 la revista Bohemia había reforzado su equipo periodístico con la entrada de talentos como Antonio Ortega y Lino Novás Calvo. Pero para el director de la publicación, Miguel Ángel Quevedo, a esta le faltaba un espacio de información nacional que complementara el ya existente sobre el ámbito internacional.

De ahí que aceptara una propuesta del entonces redactor del periódico El MundoEnrique de la Osa, para crear una sección con el estilo de servicio noticioso comentado de la revista Time.

Denominada al inicio “La marcha del tiempo…en Cuba”, con excelente criterio periodístico la sintetizaron en las dos últimas palabras: “En Cuba”.

Desde su primera entrega, este espacio devino el más leído de la revista. Obviando las inútiles adjetivaciones tan comunes en su època, De la Osa recopilaba las noticias obtenidas por su equipo de reporteros y con su dominio pleno de la prosa, las volcaba con naturalidad y brevedad en unas cuantas páginas.

Instruía a sus colaboradores a no sólo entrevistar al dirigente político, estudiantil o sindical, o al empresario, según viniera al caso, sino también a los chóferes, ujieres, empleados domésticos, amigos u otra gente que se movían alrededor de ellos, y recoger todo detalle que pudiese dar matiz y color a la información

Anticipándose al nuevo periodismo norteamericano de la década del 60 y a eso que los académicos de la comunicación y la historiografía llaman actualmente “la historia reciente”, De la Osa marcó pautas en la prensa cubana con su sección.

Sin descontar que fue, asimismo, un paradigma de la honestidad. Ninguno de los miembros de su equipo podía ser sobornado, “si alguno caía en ese tipo de falta, inmediatamente lo sacábamos”, solía reiterar. A un ministro batistiano le devolvió un cheque con una nota en la que le decía que sólo estaba acostumbrado a recibir dinero por mi trabajo.

Cuentan que el jefe del ejército durante los gobiernos auténticos le mandó un regalo similar. “No sólo lo rechacé, sino que le dije horrores”, relataba riendo, años después.

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

Según propia confesión, Enrique de la Osa Perdomo nació en Alquízar el 22 de febrero de 1909. Cursó la primaria en escuelas públicas de su pueblo natal y el bachillerato en el Instituto de La Habana. No matriculó la Universidad y su vasta cultura la adquirió de forma autodidacta.

Publicó en 1926 su primer artículo, una semblanza sobre León Trostky, en la revista El estudiante. Dos años después, fundó y dirigió Atuei, junto con su amigo Pancho Masiques y en la cual se prefiguraba la beligerancia política de la cual haría gala tiempo más tarde en Bohemia.

De Atuei solo aparecieron seis números antes de que el tirano Machado ordenara su clausura. Durante este régimen sufrió detenciones y cárcel. Estrecho colaborador de Antonio Guiteras, cuando este se sumió en la clandestinidad en 1934 fue su delegado personal en Oriente.

En la década del ’30 dirigió Futuro y Patria. Desde que el 4 de julio de 1943 surgió en Bohemia la sección “En Cuba”, fue en esta su coordinador y único redactor. En 1960 (y hasta 1971) asumió la dirección de la revista, responsabilidad que simultaneó entre 1963 y 1965 con la de director del diario Revolución. 

CONCEPCIONES

Una vez le preguntaron a Enrique de la Osa cómo debía ser un periodista: “Tiene que ser un hombre de vocación. A partir de esa vocación es necesario que tenga cultura política y general. El periodista tiene que escribir sobre muchas cosas, por eso es muy importante que se encuentre bien preparado”.

Consideraba que existen tres cualidades imprescindibles para ser un buen periodista: “Olfato para saber donde está la noticia, sagacidad para obtenerla, audacia para publicarla”.

En una de las últimas entrevistas que concediera antes de su muerte, el periodista Luis Báez le preguntó si tenía algo de qué arrepentirse en su vida: “No haberme ido para la Sierra Maestra. Un día se me acercó un amigo que acababa de bajar de la Sierra y me dijo:’Debes irte para la Sierra’. Y no fui”.

Tras una pausa, el creador de la Sección En Cuba prosiguió: “No fui a la Sierra, es cierto, pero no abandoné nunca mi patria ni la abandonaré jamás, sean cuales fueren las dificultades. Luego entonces, esta es ahora mi Sierra Maestra y sigo alzado junto a Fidel”.






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