sábado, 1 de marzo de 2014

Por si acaso, hay que tener una “porsiacaso”

En Cuba es raro que alguien no tenga en su bolsillo un “porsiacaso”, que generalmente es una bolsita de nylon, de esas que no hay en los comercios, pero las revenden en sus alrededores...
Arturo Chang
28/02/2014
En Moscú escuché aquella expresión sin darle importancia. Sin embargo, se la di 15 años después en Cuba, recordando a una colega soviética mostrar una pequeña cartera de apenas tres pulgadas de largo, dos de alto y una de ancho dentro de la cual dijo que estaba la solución.


Miré como se observa un acto de magia. ¿Cómo creer que mis botas y sandalias, además de un pantalón, cabrían dentro de algo que estuviera en una carterita tan diminuta?

Parsimoniosamente extrajo y desplegó una redecilla carmelita que se extendía en la medida en que le introducían los objetos.¡ Y sobró espacio!

Triunfante dijo: “Siempre tengo una…” (en ruso dijo unas palabras que para nada entendí). Tradujo: “Por-si-acaso, Chang, pero dicho como una sola palabra: porsiacaso.”

Esta vez, en 1994, Irina con sus envases estaba lejos, a más de 9550 kilómetros, y la Unión Soviética no existía, con todas sus consecuencias para Sancti Spíritus, una localidad del centro de Cuba, donde no pude incorporarme a una larga fila de personas para comprar naranjas por no tener dónde llevarlas.

No recuerdo su apellido pero si ella lee estas notas, le digo que hoy, en Cuba es raro que alguien no tenga en su bolsillo un “porsiacaso” que generalmente es una bolsita de nylon, de esas que no hay en los comercios, pero las revenden en sus alrededores.

Sabedor de que la colega era una insaciable preguntadora sobre la realidad cubana, y previendo que acceda a este sitio, acudí a ECURED para ampliar la información sobre el envase, objeto “destinado a contener, presentar y proteger un producto o conjunto de productos durante su manipulación, almacenamiento, distribución, venta y consumo. Llamado también envase de consumo.”

Se denomina embalaje “al medio o conjunto de medios que aseguran la protección de un producto o grupo de productos, envasados o no, salvaguardando la calidad o integridad original durante su manipulación, almacenamiento, transporte, venta y distribución, constituyendo generalmente una unidad de carga independiente. Llamado también envase de transportación.”

A la enciclopedia colaborativa cubana habría que incorporarle referencias a la nociva costumbre cubana muy en boga en Villa Clara, y por toda Cuba, de encontrar tanquetas que en letras grandes y azules dicen: “PROPIEDAD DE LA INDUSTRIA LÁCTEA”, más en manos de particulares que en fábricas de ese sector.

También habría que mencionar a trabajadores no estatales tenedores de estos medios en cualquier cantidad, o que dentro de las propias entidades estatales las poseen quienes no debieran.

Además del maltrato a esos recursos, si seguimos a este paso sin dudas llegaremos al punto en que no habrá cómo transportar las mercancías que necesitamos, porque podremos tener individualmente nuestro “porsiacaso” aparece algo, pero ese algo no llegará porque no alcanzarán los envases y embalajes.

Por cierto, se ha dicho que la producción de Cuba solo satisface más o menos el 36 por ciento de las necesidades de envases y embalajes, y que el resto debe importarse so pena de paralizar la economía nacional dependiente de esos recursos.

¿Quién iba a decir que hoy, a casi 45 años de que Irina me obsequiará aquella “porsiacaso”, iban a proliferar tanto, aunque no con forma de redecillas, sino como bolsitas plásticas?

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